Tener la desfachatez de hablar de arte aunque se haya practicado modestamente con mas pena que gloria durante bastante tiempo, suele siempre denotar cierta ignorancia y presunción.
Debido a la multitud de significados que puede tener este vocablo para cada quién, aquí nos referimos al arte entendido por Duchamp libre de talento, esfuerzo y definido unicamente por la "voluntad", que no el capricho (no todo vale).
Habiendo dicho esto, quiero sólo llamar la atención acerca de las distintas tendencias en las formas de expresión que actualmente estan ocurriendo en el contexto del mercado del arte. Por cierto, en este caso hablaremos del mercado del arte no del arte en si mismo ya que son dos cosas diametralmente opuestas.
En esta época globalizada y convulsa, llena de posibilidades, donde se suporponen tradiciones expresivas y se mezclan todo tipo de géneros y disciplinas, en el mercado del arte se podrían apuntar como fundamentales, dos cosas; la primera es el discurso, es decir, lo que da a lugar al arte en sí, lo que lo explica, define, delimita y la segunda, el paradigma estético utilizado. Se podria esencializar en lo "que" se expresa y "como" se expresa.
Un discurso coherente , efectivo , sin disgresiones y con el vocabulario formal adecuado sigue siendo fundamental para justificar cualquier acontecimiento artistico. Por ello, todos los críticos y curadores que elaboran discursos o proponen miradas acerca de las obras acaban siendo parte activa y esencial dentro de la escena.
El artista hoy en día debe conocer el lenguaje de los distintos discursos , crear un discurso propio o evolucionar sobre discursos tradicionales.
Aparte de los críticos que sólo manejan una abstrusa jerigonza reservada para especialistas , algunos van un poco más allá, siendo ellos mismos verdaderos "artistas" en el arte de inspirarse en la obra para construir su obra conceptual estética, que en ciertos casos transcienden y profundizan la primigenia capacidad del artista en el que se apoyan. Puede ser que esto se vea como algo necesario o algo inevitablemente dependiente a la necesidad de querer entender, sea como fuere, creo que no tendria que pasar desapercibido y se deberia prestar un poco de atención acerca de hasta que punto la mirada del crítico acaba transformando el objeto, creando otro categoricamente diferente. O quizas el mismo actor de la actividad artistica se acaba convirtiendo en un teórico insoportable. La obra crítica acaba siempre utilizando un soporte narrativo paralelo al soporte que lo nutre.
Quizas con tanta argamasa conceptual y acontecimiento mental nos estemos alejando de la contemplación y exploración de los estímulos sensoriales relacionados con nuestros cinco sentidos, materia prima de cualquier obra de arte. Y con ello, seguimos alejando cada palabra de su significado.
Puede que estemos dando demasiado peso a los procesos cognitivos, inevitables por otro lado, a la hora de experimentar el acontecimiento artistico.
Quizas sea la exploracion de la realidad inherente de todos los fenomenos ya sean" externos" o "internos" el nuevo reto del artista contemporaneo.
Desde esta modesta reflexión, sencillamente, recomendar un evento realizado en la época de los sesenta por Bruce Nauman,que se llama : "Caminando extravagantemente sobre el perímetro de un cuadrado".
Y adjuntar otra obra clásica y definitiva de John Cage: 4´33´´
