Lejos de la idea de migración asociada al proceso de modernización y urbanización, en nuestro país este fenómeno respondió principalmente a una situación de emergencia y crisis que, ineludiblemente, obliga a hacer una relectura sobre diversos puntos como: el expansionismo, la centralización, la conformación de los barrios, la arquitectura y los materiales de construcción de las viviendas, la falta de paisajismo, y los imaginarios socioculturales en nuestra capital. 

Los desplazamientos hacia la ciudad de Lima, en el siglo pasado, tuvieron 2 fases importantes: la primera en los años 40, producto de la expropiación de tierras a las comunidades indígenas campesinas por parte de los gamonales; y la segunda en los años 80, como resultado del conflicto armado interno que se desató en nuestro país.

Por ello, esta muestra trabaja en relación a la ciudad de Lima y la apropiación del espacio como resultado de los desplazamientos migracionales generados por las citadas coyunturas que atravesaron a nuestro país.

Esta muestra reúne el trabajo de seis jóvenes artistas contemporáneos peruanos, cuyas obras inducen a una relectura sobre las diversas realidades de la ciudad de Lima: Miguel Andrade, Edi Hirose, Verónica Luyo, Sandra Nakamura, Amapola Prada y Raura Oblitas; y cuenta con la participación especial del artista mexicano Rubén Gutiérrez, quien en paralelo presenta el documental “Bienvenidos a Nueva América”.

Artistas y sus obras:

En “Constelación” (2014), Miguel Andrade trabaja el territorio del Morro Solar, espacio “intangible” que fue escenario de la Guerra del Pacífico (1879-1883), el cual alberga una serie de monumentos aparentemente disímiles pero que conjugan lo bélico y lo religioso: una Virgen traída desde Lourdes (Francia) en 1905; el Monumento al soldado desconocido que representa a todos los soldados caídos en la Batalla de Chorrillos; la Cruz hecha con las torres caídas por los atentados terroristas y construida en honor al Papa Juan Pablo II en 1988; el Observatorio construido por aficionados a la astronomía; un Cristo polémico; y el monumento a Miguel (Iglesias). Andrade establece una constelación a partir del trazado de líneas imaginarias, que conectan unos con otros en el intento de generar una dialéctica, y, a través de tomas de 360 grados, invita al espectador a recorrer el paisaje asumiendo la posición de cada monumento.  

    Edi Hirose presenta una selección de fotografías del Cementerio Virgen de Lourdes, más conocido como Nueva Esperanza, el cual está ubicado en el distrito de Villa María del Triunfo -uno de los distritos más poblados de la capital con 441,239 habitantes. Nueva Esperanza es considerado el cementerio más grande del país; su terreno mide 60 hectáreas y se calculan alrededor de 120 mil tumbas. Su formación se dio en la década del 60 de manera ilegal respondiendo a las necesidades de los pobladores de la zona, quienes en su mayoría son inmigrantes que fueron ocupando espacios a manera de invasiones. “Nueva Esperanza” (2005-2013) es una serie fotográfica que Hirose viene trabajando desde 2005, en la cual retrata la tradición andina, costumbres y ritos que se manifiestan en la festividad del día de los muertos.

En “Proyección para segunda planta” (2014) Verónica Luyo continúa el trabajo iniciado en 2013, en el cual establecía una mirada crítica al desenfrenado crecimiento de la ciudad de Lima haciendo foco en la precariedad de los materiales con los que muchos pobladores de bajos recursos se las ingenian para construir sus viviendas. La propuesta toma como elemento simbólico las columnas de amarre que sobresalen en las edificaciones que, por diversas razones, han quedado inconclusas; las cuales se conservan para una futura ampliación, como la proyección de una planta superior. Para la artista, estas estructuras conforman una arqueología de un pasado reciente, funcionando como vestigios de una forma de imaginar la vivienda bajo el techo invisible de lo aún por construirse.

Sandra Nakamura en “Una promesa es una nube” (2014) propone una reflexión crítica sobre Lima a partir de sus condiciones climáticas y los problemas de infraestructura pública, en los barrios más pobres de la ciudad, a causa del abandono de las autoridades. La falta de agua es una realidad. Así, Nakamura, ante esta alarmante situación, rescata la capacidad de autogestión de varias comunidades afectadas, quienes utilizan técnicas artesanales para recolectar agua de la neblina, y propone un sistema de atrapanieblas en las lomas de Villa María del Triunfo con el potencial de proveer diariamente hasta 1.000 litros de agua a 488 familias que habitan la zona.

En “Lima No Existe” (2014) Raura Oblitas toma como punto de partida el distrito de Villa El Salvador y la figura emblemática de María Elena Moyano, activista, dirigente vecinal y luchadora por los derechos de la mujer y de la población quien fue asesinada por Sendero Luminoso en 1992. Villa El Salvador, distrito que se conformó a partir de invasiones en febrero de 1970 y cuya fundación se dio el 01 de junio de 1983 por el Decreto Ley 23605 durante el segundo gobierno del Presidente Belaunde Terry, al día de hoy es el quinto distrito más poblado de la capital albergando 454,114 habitantes. Oblitas elige tres puntos de la ciudad (los malecones de San Isidro, Miraflores y Barranco) para colocar una escultura que limita la visión del mar y obliga a mirar hacia Villa El Salvador, mientras sobre la plancha que conforma su escultura inscribe, a modo de grafiti, la frase “Lo que construí con mis propias manos jamás lo podría destruir” (María Elena Moyano, 17 de febrero de 1991). El recorrido concluye en Villa El Salvador, donde se levanta el monumento a María Elena Moyano, el cual se hace visible por la misma acción de Oblitas de volverlo invisible.

En “La Lucha”, videoperformance que forma parte de la serie Modelo para armar (2011)*, Amapola Prada establece las relaciones de poder en la colonización, conquista y apropiación del espacio a partir del conocido juego de las silla. Así, elige el barrio La Balanza, ubicado en el distrito de Comas, cuarto distrito más poblado de la capital con 522,760 habitantes, para la realización de una acción performática en la cual los protagonistas son hijos de migrantes habitantes de esta y otras zonas periféricas de la ciudad de Lima. Prada no solo plantea el “juego” por ocupar un lugar sino que la acción lleva una carga de violencia implícita por la apropiación del espacio; una lucha diaria por hacer valer los derechos no solo de pertenencia sino que representa la identidad de un sector de la sociedad cuyos derechos humanos se hallan vulnerados.

*Modelo para Armar fue posible gracias a Franklin Furnace Fund en colaboración con la Jerome Foundation y la Starry Night Fund of Tides Foundation. Concepto y Dirección: Amapola Prada. Participantes: Williams Manuel Baca, Carlos Alberto Bravo, César Enrique del Águila, Javier del Solar, Brian Eduardo Espinoza, César Golac. Cámaras: Germán Tejada, Diego Torres, Piero Sánchez. Edición: Jorge Luis Chamorro.

En “Bienvenidos a Nueva América” (2007-2014), Rubén Gutiérrez explora la psicogeografía de un espacio apropiado y reconfigurado por sus habitantes en un documental experimental que se halla en el límite de la ficción. Nueva América es un asentamiento humano, que se ubica en Carabayllo, el cual se conformó en 2003 a través de una gran invasión que involucró a 1400 personas y que tiene la particularidad de estar configurado no por barrios sino por países.

Desplazamientos: colonización y conquista. La narrativa de la ciudad y la apropiación del espacio es la muestra curada por Luisa Fernanda Lindo que se presentará del 11 de julio al 17 de agosto, de martes a domingo, de 12:00 m. a 10:00 p.m.en el Centro Cultural de España (CCE).