MALI presenta la exposición: el arte de la pintura en los Andes. La colección Petrus y Verónica Fernandini
La muestra que se presenta del 9 de setiembre de 2014 al 25 de enero de 2015 plantea un panorama sobre el surgimiento de la plástica peruana, sus influencias y búsqueda de identidad.
El Museo de Arte de Lima - MALI presenta la exposición El arte de la pintura en los Andes. La colección Petrus y Verónica Fernandini del MALI, conformada por veintidós piezas estelares de arte colonial únicas y de un gran valor histórico que, gracias al apoyo de la familia Fernandini, fueron adquiridas por el museo para llenar el vacío que existía en la colección de arte colonial. Esta es la segunda donación más importante que recibe el MALI desde el legado de la Memoria Prado y enriquece la colección permanente del museo.
Con esta donación el MALI incorpora a su colección piezas claves de la pintura virreinal del siglo XVII y XVIII que grafican el desarrollo de la pintura indígena, la influencia de los retratos religiosos en el proceso de evangelización de la época y el nacimiento de la pintura cusqueña. En esta exposición se esboza un primer acercamiento de la historia de la pintura en el virreinato peruano a lo largo de casi trescientos años.
Para el MALI las colecciones son una herramienta fundamental para poner al alcance de todos los peruanos lo mejor de la producción artística del Perú a través de su historia. En el museo, las obras se convierten en una herramienta fundamental para la educación escolar y universitaria, en el eje de una actividad sana para las familias peruanas y en un punto de atracción para el turismo local y extranjero.
La pintura en el virreinato
Del 9 de setiembre de 2014 al 25 de enero de 2015, el público tendrá la oportunidad de admirar obras como la Virgen de la Leche de Mateo Pérez de Alesio, pintor italiano que trabajó en la Capilla Sixtina y quien sería uno de los fundadores de la pintura virreinal, así como dos de las escasas obras virreinales de temática indígena que han llegado hasta nuestros días: el retrato de Manuela Túpac Amaru y la Conversión de un indio noble por la inspiración milagrosa de la Virgen de Copacabana.
Curada por Ricardo Kusunoki, curador asociado de arte colonial del MALI, la exposición permitirá ofrecer un panorama verdaderamente representativo de la plástica colonial, dando cuenta de la variedad y complejidad que alcanzaron los desarrollos artísticos de aquel periodo.
A través de las obras que conforman esta exhibición se establece un breve panorama histórico que muestra el surgimiento de una pintura propia sobre la base de técnicas y temáticas europeas, así como el papel que jugó en la sociedad virreinal. “Los evangelizadores utilizaron su capacidad persuasiva y didáctica para enseñar la nueva fe a grandes contingentes humanos que desconocían la escritura. Más aún, la propia religiosidad de los conquistadores era permanentemente moldeada por imágenes que podían mover a devoción o ayudar a recordar alguna enseñanza moral o dogma. El lenguaje pictórico colonial asumiría así un definido carácter didáctico y piadoso, hasta el punto de tomar momentánea distancia de las convenciones cultas europeas”, señala Kusunoki.
Por ejemplo, a finales del siglo XVI llegan al Perú los italianos Mateo Pérez de Alesio, Bernardo Bitti y Angelino Medoro, que tendrían un impacto decisivo en la posterior formación de una pintura local con identidad propia. El primero había trabajado en la Capilla Sixtina por encargo del papa Gregorio XIII, y terminaría trasladándose a Lima hacia 1587 en busca de fortuna. Aquí no solo desarrolló una importante labor como muralista de complejas composiciones, sino que además impuso una modalidad estilística más avanzada en el género de las imágenes de piedad. “Su Virgen de la Leche refleja una religiosidad sentimental y un sentido extremadamente idealizado de la belleza que mantuvieron prolongada vigencia en los Andes. A través de sus numerosas copias, la obra de Pérez de Alesio recorrería transversalmente toda la historia de la pintura virreinal”.
Asimismo, la pintura constituyó un vehículo privilegiado para la expresión de las diversas identidades étnicas y regionales que conformaban la sociedad del momento. A través de sus numerosas representaciones en lienzos u otro tipo de objetos, imágenes como la Virgen de Copacabana –tallada por Francisco Titu Yupanqui- aludían permanentemente a la incorporación definitiva de los indígenas al catolicismo. Pero su fama de milagrosas las llevaría a convertirse en un elemento de convocatoria masiva de la sociedad virreinal. El retrato permitiría la escenificación de una identidad diferenciada y formaría parte de las estrategias políticas desplegadas por los distintos grupos étnicos coloniales. La efigie de Manuela Túpac Amaru habla elocuentemente de las estrategias desplegadas por los nobles indígenas para crear una imagen cristiana de sí mismos, sin dejar de remarcar su relación con los antiguos gobernantes incas.
Continuando con este recorrido, el San Cristóbal muestra el tipo de pintura promovido a fines del siglo XVII por Manuel de Mollinedo, obispo del Cuzco que buscaba emular las modas vigentes en la corte de Madrid. Pero su mecenazgo tendría una importancia en la consolidación de la “escuela cuzqueña”. Fue precisamente en aquel momento que numerosos maestros indígenas comenzaron a reformular los estilos importados hasta crear un lenguaje original, distante de las pretensiones ilusionistas de la pintura culta europea. Como lo refleja una Santa Teresa de Jesús, la característica esencial esta escuela se basaba en una virtual ausencia de la profundidad y la aplicación de complejos diseños dorados.
A mediados del siglo XVIII, el estilo “cusqueño” no solo había llegado a convertirse en motivo de orgullo para los maestros indígenas, sino además en un distintivo de identidad regional cuya influencia se extendía por la mayor parte del territorio virreinal. Al mismo tiempo, surgió una “escuela” de pintura ligada al gusto cosmopolita de la corte limeña, y cuyo principal representante sería Cristóbal Lozano (1705-1776). Protegido por el noble criollo Pedro Bravo de Lagunas, cuyo retrato se incluye en la muestra, Lozano se relacionó con los círculos intelectuales de la capital virreinal y enmarcó su actividad dentro del concepto moderno de las bellas artes. La intensa circulación de lienzos provenientes de Quito -o incluso de México- terminaría por completar el panorama estético de fines de aquella centuria. El contraste entre todas aquellas tradiciones pictóricas daba cuenta del curso radicalmente distinto que había seguido la pintura en las distintas áreas culturales del virreinato. (Nota de prensa).
La colección Petrus Fernandini es la segunda donación más importante que recibe el MALI desde el legado de la Memoria Prado. La exposición es auspiciada por el Grupo RPP.
Actividades en el marco de la muestra
Visitas guiadas
Actividad libre (no es necesario inscribirse) previo pago del ingreso a salas. A cargo del área de arte colonial y republicano. Hora: 18:30 h
-Martes 23 de setiembre.
-Martes 7 de octubre.
-Martes 11 de noviembre.
-Martes 2 de diciembre.
-Martes 6 de enero de 2015.
Actividades educativas
El programa educativo consiste en una visita educativa con actividades en sala a cargo de los guías MALI, un taller creativo relacionado a los ejes temáticos de cada nivel, una ficha educativa virtual dirigida a docentes y una ficha impresa con actividades para los estudiantes.
Viernes 19 de setiembre de 6:00 p.m. a 8:00 p.m.
Dirigido a docentes. Presentación del programa educativo El arte de la pintura en los Andes. La colección Petrus y Verónica Fernandini en la colección del MALI, visita guiada y taller creativo. Charla a cargo del curador de la muestra, Ricardo Kusunoki.
Actividad gratuita previa inscripción. Cupo limitado. Se entregarán certificados.
Informes e inscripciones:
- 204 0000 anexo 213 o a este correo .
Escrito por
guia de ocio que tiene como prioridad visibilizar, articular e integrar eventos artistico- culturales centrales y periféricos.